viernes, 18 de septiembre de 2009

Es fácil decirlo, pero a veces me gustaría cambiar...y en el momento pienso: ¿Para qué? ¿La paso tan mal así? Y así sigo las horas, los días, las semanas, los meses, los años Preguntándome el por qué de las cosas, aunque muy despreocupada por las respuestas. Creo que tengo la enfermedad de no creer en nadie, más que en yo misma. Odio el hecho de "encariñarme" con alguien, me provoca rechazo el solo pensar la situación, escapo a los sentimientos los salto como un atleta a un obstáculo (Y en ocasiones es tan alto el obstáculo que me rasguñó en el camino, pero después sana tan rápido que no hace falta remedio y con el correr de los días la marca se hace imperceptible) Las heridas parecen sanar tan velozmente, que solo en los días de lluvia en donde la humedad se vuelve inevitable.Comienza a doler un poco, solo un poco.