sábado, 20 de junio de 2009






Y extraño tus labios junto a los míos, cuando los posabas con delicadeza por miedo a quebrarme, cuando me abrazabas con esas ganas de protegerme como si fuese tuya, aunque lo soy. Extraño sobre todo cuando me clamabas, y me decías que me amabas, cuando reponías las ideas y dabas nuevas razones para querer respirar, y no pierdo esperanzas sobre el pronto reencuentro, porque se que nos necesitamos mutuamente como si acabáramos de nacer y nos hubiesen separado. Y yo lo sé, sé que esperas otro ‘tú y yo’.
Justo aquí y justo ahora es cuando quiero tenerte, cuando quiero pertenecer a ti, cuando quiero vivir por siempre a tu lado, justo ahora es cuando me arrepiento de cada error, de cada paso equivocado, de casa decisión mal tomada. Justo aquí es cuando pienso que todo podría estar mejor, justo aquí es donde creo que nos amamos.
Rompamos las barreras de distancia, de kilómetros, que dividen ahora a nuestros cuerpos, vuelve a mi como si fuese la última vez, pero aún así como si fuese la primera. Retira el miedo y siente que todo fluye, deja que todo fluya… Porque sé que tú también acabas pensando en mí, que no puedes quitarme de tu cabeza, extrañas la calidez de mis labios, y sé que extrañas el rubor de mis mejillas, mi perfume mágico, la magia de mi sonrisa, el brillo de mis ojos… extrañas el latido de mi corazón, porque sin ello, tú pierdes sentido…
Y en el silencio y la oscuridad de mi habitación, siento como mis ojos se humedecen, pero rayos, no quiero llorar… No puedo evitarlo, sólo siento un constante hilo de agua salada que se esparce por mis mejillas. Te extrañaré, y no quiero ni puedo evitarlo, porque eres tú quien me da la armonía necesaria para caminar, para dar un respiro, para sentir los latidos, para mirar a un espacio sin vida e inventarme una propia. Te amo, te amo, te amo, ¿qué dan difícil es de entender? Si eres tú quien me presta un poco de energía, eres tu quien se preocupa de que yo viva, eres tú, sólo tú, quien sabrá hacerme sonreír…